martes, 13 de julio de 2010

20/21 ---> Con las parabólicas puestas

Sin saber cómo, ni cuándo he roto mi rinconcito vamos a intentar acabar con esto como buenamente se pueda antes de que se autodestruya, vamos a por la veintena. La madre de todas las funciones cognitivas es la atención, sin atención se merman cuando no imposibilitan el resto de funciones. Es muy conocida por todos por que su uso es constante, con facilidad solemos reprochar a alguien que no nos presta atención. Quizás esto no tenga lugar en un lenguaje neurocientífico como tal, pero al fin y al cabo la función es básicamente la misma. Sabemos por experiencia que la atención tiene un tiempo limitado de actuación, que se “cansa” con frecuencia, que según el nivel de interés nuestra capacidad varía, etc. Nuestra atención es selectiva, no percibimos todos los estímulos que se producen en nuestro entorno, automáticamente inhibimos aquellos que consideramos prescindibles focalizando nuestra atención hacia otros. El nivel de atención oscila en función de si la actividad es común y conocida en cuyo caso opera de forma automática y la demanda será baja o si por el contrario actúa de forma consciente la demanda será mucho más alta. La primera tarea cotidiana y que en principio tiene baja demanda puede verse condicionada por factores externos como ruido, en cuyo caso habrá que enfatizar nuestro esfuerzo. Distinguimos entre varios tipos de atención como son la atención sostenida, selectiva, alternante, etc. En nuestras vidas cotidianas estamos constantemente trabajando la atención, hasta límites insospechados e incluso de manera inconsciente. Hay un ejemplo curioso que se conoce como “fenómeno cóctel”; se describe como la situación que se da cuando en una reunión concurrida se generan varios corrillos de personas hablando, nuestra atención parece estar en uno del cual participamos, pero podemos responder ante estímulos de los otros. Muy habitualmente tiene lugar si alguien pronuncia nuestro nombre. Sí, es entonces cuando se nos encienden las parabólicas. Nuestra atención va captando lo que le conviene. He aquí un documento visual muy ilustrativo que supongo ya conocerán, pero por si hay algún despistado aquí lo tiene, se trata de un ejercicio practico. Desarrollo: En este video verán dos equipos, unos van vestidos de color blanco y otros de color negro. Lo que va a ocurrir es que ambos se intercalaran y rotarán a la par que se pasan una pelota de unos a otro. El objetivo es contar el número de veces que los jugadores se pasan el balón. MUY IMPORTANTE: Solo hay que contar los pases del equipo blanco. Venga, esperen que se cargue el video entero y denle al play..... ¿¿Cuántos pases dieron?? Yo tengo la solución correcta si alguien la desea.

2 comentarios:

wruk dijo...

No sabe cuánto estoy disfrutando!!!
MUCHÍSIMAS GRACIAS.

Ahora bien, no pienso volver a entretenerles durante un viaje siendo usted titular de semejante sabiduría.

No sabe cuánto vamos a disfrutar!!!

PS: Experimento de Richard Wiseman.
Visto en REDES.


Cuídense.

Cris dijo...

Acabo de ver el programa entero, ¡cómo mola!
Y David sin querer un chuchillo, si es que no se hace caso de mis consejos...

Un Saludo.