miércoles, 23 de febrero de 2011

Tipos de árbitros.

Me sumo  a la iniciativa popular de perpetuar el ya famoso post de Lucio Angulo retirado por la federación española de baloncesto  acerca de los árbitros ante las presuntas protestas de éstos. En los tiempos que corren, cuando quieres borrar algo y hacer como si nada hubiera pasado resulta que  hay cientos de personas que ya lo han visto (#turismobisbal dixit)


“A riesgo de ganarme la enemistad de otro gremio… ¡ah, demasiado tarde! Ya me odian. Bueno, voy a aventurarme a hacer una serie de apartados en cuanto a los tipos de árbitros que creo que existen. Decir de antemano que los considero un gremio sacrificado y que vienen a ser como un gimnasio en enero: llenos de buena voluntad”
- Árbitro “Tiger” Woods: tiene una apariencia monacal; “jode” que no veas y al final, cuando la cosa se le va de las manos, puede incluso llegar a arrepentirse y decirte un tierno: “quizás me haya confundido”
- Árbitro Río de Janeiro: él pita y pita y pita… que te da la sensación de estar en el Carnaval de Río de Janeiro. En ocasiones me han dado ganas de empezar una conga. Siempre he sido respetuoso y me he controlado, que conste
- Árbitro Falete: este árbitro “suele dar el cante”. No sabes exactamente de qué palo va y, en cuanto ve una cámara, se pone nervioso
- Árbitro camarera guapa: es el típico al que tú hablas y hace como que no existes. Entonces te entra el síndrome del “hombre invisible”: te dan ganas de acercarte a un compañero y preguntarle: “¿Tú si me ves verdad?”. Generalmente tú te ofuscas más ante su impasibilidad. Es tal su parecido con el gremio de las camareras que piensas que en cualquier momento va a saltar y decirte: “¡Y déjame que tengo novio!”.
- Árbitro policía de tráfico: tú ves situaciones de conflicto, faltas, cosas a penalizar, crispación creciente y, con tu inercia por seguir las normas, las reglas establecidas, miras implorante al árbitro en cuestión y él grita: “¡siga, siga!”. Entonces tú… aceleras.
- Árbitro Jenna Jameson: luce bien, cuenta con muy buena presencia, pero a la hora de la verdad… se traga el pito.
- Árbitro matamoros: vienen cabreados de serie. El nivel de su voz supera los decibelios habituales en un after a las 10 de la mañana. Puede incluso hablar tres octavas por encima de cualquier voz.
- Árbitro maternal: es el árbitro que está muy pendiente de ti y te repite una y otra vez: “métete la camiseta por dentro”. Te lo suelen decir en un tono delicado. Mi record en un partido está en ocho (es que soy enjuto y como me muevo mucho se me sale… la camisa). No me sorprendería que siguiendo esta línea fueran más allá y nos dijeran cosas como: “y no arrastres los pies”. Y, al sentarnos al banquillo, se acercaran tiernos y nos aconsejasen: “Abrígate, que te vas a enfriar"

Después de esto podía dedicar unas líneas a  lo penoso-patético-lamentable que me parece la repercusión de  una simple entrada de un blog que siempre ha tenido como seña de identidad la ironía, sátira... llamadlo como queráis, y del cual se sirve la federación. Pero en fin, no merece la pena, ellos mismos han conseguido magnificar y dar importancia a lo que el resto habíamos obviado. Siguen dando argumentos para que pensemos que están pendientes de cosas, en realidad, intrascendentes.

Sin embargo, al hilo de tan surrealista situación si que hay una cosa  que he de reconocer. Y es cuan difícil es asumir la "crítica", no sólo  para este gremio, vamos a ser sinceros. En primera persona he de decir que soy asidua a la crítica fácil, aunque también creo ser autocrítica, lo cual  no implica necesariamente que  ésta sea acertada. No obstante, suelo encajar poco bien (bonito eufemismo) las críticas externas. Es evidente que depende de quién, cuándo, cómo, por qué, de que manera... pero mi obsoleto sentido del humor a veces zancadillea la percepción de la realidad y los medios para hacerle frente. Quizás no tenga que ver con el hecho de renegar de ello, sino con la frustración de conocer los "defectos", el refranero español es sabio y "las verdades ofenden". En cualquier caso, la conclusión es absurda  porque una crítica constructiva ha de servir para auparnos y ser conscientes de aquello que puede ser mejorable o no, eso ya dependerá de nosotros. La vida con sentido el humor  y menos aprensividad es mucho más bonita, no sé por qué a algunos nos cuesta tanto llevarlo a la práctica diaria.


Critiquemos con respeto, respetemos la crítica.

lunes, 14 de febrero de 2011

Lo mejor de la Copa

Este finde fui a ver un partido de mi hermana, no me prodigo mucho en ello porque juegan a horas intempestivas (sí, un sábado por la mañana antes de las 12 no son horas para mí xD) y hay que ver lo que son las categorías inferiores. Es un lugar donde los padres se convierten en auténticos hoolignas, en algunos casos hay que dar gracias y en otros echarse las manos a la cabeza, (lo que semos y lo que nos convertemos) había más ambiente que en cualquier partido en el multiusos, cierto es. En fin, que se ven un montón de cosas extrañas cuanto menos. 

Este finde también he visto parte de la Copa, una copa que ni fu ni fa. Y juntado lo uno con lo otro he llegado a la conclusión de que cuan necesario sería que los entrenadores de categorías inferiores, padres, mortales y demás seres vivos que pululan por el baloncesto vieran y oyeran las palabras de Porfi Fisac (Entrenador pseudo-extremeño del Blancos de Rueda Valladolid) en este tiempo muerto(min 1.12) Sin duda alguna, para mí ha sido lo mejor de la Copa.


Cito textualmente:
"Si yo me hago responsable de estos cinco minutos finales, al menos; que disfrutéis de este trabajo. No me importan lo fallos de nadie, no me importan lo errores de nadie. Me importa,  por mí, que os haga disfrutar estos cinco minutos." 

domingo, 13 de febrero de 2011

El amor es lo que tiene.

De todos los días del año, y mira que hay 365/6 para elegir, mañana es el más patético de todos (Ahí voy yo a hacer amigos). Sí, lo habéis acertado, es San Valentín. Cabe la posibilidad de que el telediario, la radio, los anuncios, los panfletos publicitarios, lo supermercados, los escaparates, etc. os hayan servido de ligera ayuda para atinar.  Es ese grandioso día donde los mortales con pareja se han de regalar cosas para demostrar sus sentimientos y los mortales sin pareja se tienen que sentir desdichados.

Más allá de que se celebre o se deje de celebrar, a lo que no le veo especial problema,  me entristece ver como se desprecia inconscientemente a un sentimiento  cuya carga emocional no conoce límites y su presencia o ausencia determina tantas y tantas cosas. 

Entre dos personas que han compartido y/o comparten sus vidas estoy convencida de que hay algún vínculo más especial que entrar a unos "chinos" y comprar un peluche de tres euros que ponga "I love you" (joer,  que hasta hacen los peluches feos, que ya es difícil), quizás sea incluso más absurdo y más barato, pero será más personal. Reducir el amor a corazones rojos, flores rojas y objetos con forma de corazón no es algo  que yo acabe de comprender.

Por eso, en honor del amor, el verdadero amor; en honor al desamor, el auténtico desamor y porque necesitaba una excusa para poner esta canción (sí, de entre las miles de canciones que también se sirven de él), hoy día 13 de Febrero San Benigno según el santoral católico donde no se celebra nada en especial que yo sepa quería compartirla en mi pequeño rincón, últimamente reconvertido a trinchera emocional. 

Ya  lo dijo una mujer sabía e inteligente "el amor es lo que tiene"
Bueeeeno, sí, el acento argentino también  es lo que tiene.


P.D.: Ojalá algún día sepamos interpretar tan bien las miradas como las palabras.

jueves, 3 de febrero de 2011

Propósito de enmienda.


aunque el mar vuelve nunca es el mismo mar
la tierra nos devuelve otro sol cuando gira
y todo tiende a huir y vuelve a empezar
y cambia de impresión cada vez que respira



y nadie sabe si esta vez es la vez
y todo lo que un día ocurrió se termina
y casi siempre todos quieren correr
pero hay que estar atento porque el mar se vacía


la lluvia nunca vuelve hacia arriba
y si estuviste ahora luego no estás
y nunca más te vi y no fui nada en tu vida



y si no dudas todo puede pasa
Y si no pasa siempre sana la herida
[...]


The weight of this is... just too much

Quizás esta sea la definitiva o quizás no. Así, pendida de mi propia dicotomía se esconden las palabras.  A riesgo de mostrar mis debilidades y sentirme aún más vulnerable  surge una tediosa sensación de grito. En un pequeño rincón como único vínculo con la vida real,  donde todo tiene matices, los factores indeterminados se multiplican. Después de alborotar mis pensamientos minuto tras minuto,   después de azotar  mis sentimientos minuto tras  minuto… hemos tomado una decisión. Hemos prometido no sumergirnos en el bucle sin fin (sí lo hay, lo sé)  por el que naufragamos  naufragábamos a costa  viejos fantasmas conocidos que cual pirata asaltaron sin previo aviso.  Sí, así es; son malos tiempos para la lírica. Apresada por las cuerdas imaginarias que yo misma me até,  disfrazada del vacío sonoro, amarrada a las sonrisas non natas abortadas por cada reiterativa absurda errata tratamos de recobrar el sentido  del dialogo interno castigado con algún mal (deber ser un síndrome de broca porque no le entiendo nada de lo que  me dice.) Difícil realidad aquella de asumir lo que es quiero y lo que es puedo, difícil sugestión que baña cada intento. Mientras, empiezo a escuchar mi razón, tan cuerda  y aburrida como siempre,  pero la emoción aún no le da tregua, para ella no hay sentido común ni razones que valgan.  Entre tanto delirio mi autoestima  zozobra a la espera de un flotador. ¡QUÉ ABSURDA! Si ella supiera que con agitar los brazos  se mantendría a flote por sí misma, a expensas del mundo…