martes, 6 de julio de 2010

16/21 ---> Plasticidad Cerebral

Somos seres cambiantes, a lo largo de la vida vamos sufriendo numerosas modificaciones que en algunas circunstancias son ajenas a nuestra voluntad y otras son consecuencia de nuestra propia acción. Si físicamente somos así por qué nuestra cognición iba a ser distinta. Obviamente existe una parte que nosotros no elegimos, cada persona tiene unas limitaciones diferentes en función de factores biológicos, por ejemplo.

En la actualidad la ciencia de la neurorrehabilitación se yergue sobre un concepto imprescindible: La plasticidad cerebral/neuroplasticidad. Este concepto hace referencia a la capacidad que tiene el cerebro para moldearse y readaptarse tras la existencia de un daño, es decir; su capacidad de recuperación. Existe una pequeña controversia, pues hay autores que identifican la plasticidad cerebral como algo que tiene lugar después de un daño y hay otros en cambio, que lo asimilan como la capacidad de “aprender” sin necesidad de daño.

La plasticidad cerebral se interpreta por defecto como algo a celebrar, pero hay que ser cautos porque las mismas propiedades que lo hacen algo beneficioso en los procesos de recuperación pueden tornarse patológicos. La explicación es sencilla, veámoslo con un ejemplo absurdo, imaginémonos algo moldeable como puede ser un trozo de plastilina. Yo decido que quiero darle forma esférica y sus propiedades me lo harán factible siempre que utilice las herramientas adecuadas, pero si por el contrario no son acertadas ejerceré un daño sobre la forma deseada. Volviendo a nuestro caso, la plasticidad puede dar lugar a la corrección y rehabilitación, pero también puede ocasionar alteraciones patológicas.

Bueno, como en este caso sí sabía que existía este capítulo me voy a ahorrar una larga explicación poco esclarecedora. Aquí les dejo el video para que lo visiones, muy interesante y más para los que trabajamos con degeneración cognitiva, aunque no dice nada que no sepamos.

Al re-visionarlo me acabo de dar cuenta la cantidad de cosas que he ido plagiando a lo largo de estos días sin querer ¡OMG! :(

Interesante, ¿verdad?

Para terminar sí que quería añadir una cosilla más. Hace un tiempo leía al sr. Punset, cómo no, aunque no recuerdo con certeza si en su blog o en cual de los sitios que escribe, estableciendo un curiosa relación entre la recientemente afamada generación NI-NI y todo lo mencionado anteriormente. Aunque bajo mi punto de vista la relación es un poco forzosa, no por ello deja de tener su parte de razón. Si no se ejerce actividad alguna qué estímulos va a recibir nuestro cerebro, por tanto; no sólo no fomentaremos que haya nuevas conexiones neuronales y sinápticas sino que las vías existente se “destruyen” por la falta de uso. Nuestro organismo economiza siempre y lo que no usa prescinde de ello. No obstante, son argumentos cogidos con alfileres porque el sujeto, un ser sano, tendrá a sus disposición las herramientas necesarias para abrir de nuevo esas vías “perdidas”. Este último párrafo viene a cuenta de que seguro que tienen ustedes un amigo, un familiar o tal vez un conocido en el que ustedes pueden observar este “declive” sin necesidad de ser científicos, por tanto; incentivarlos, regañarlos, intentar hacerles partícipes de su situación… no es atacarles, sino intentar ayudarles aun cuando el resultado obtenido es ninguno o inversamente contrario a lo deseado. Desgraciadamente, esta inoperancia con el paso del tiempo sí puede tener consecuencias irreversibles sobre todo en según que personas.

Dicho lo cual hagan valer más que nunca el lema “mens sana y corpore sano” tienen motivos y argumentos de sobra.

P.D.: Tan malo es la falta de estimulación como la sobrestimulación, que cada cual ponga su límite en honor a la verdad.

0 comentarios: