martes, 22 de junio de 2010

2/21 ---> Neuronas espejo.

Ha supuesto una revolución en las neurociencias, pues es un descubrimiento relativamente reciente. Comprender su fuente de poder es muy sencillo, si bien es cierto que debido a su juventud son aún muchas las cosas que se desconocen o que pueden no ser del todo ciertas. Hasta la fecha lo que podemos decir de ellas es que son las grandes responsables de la empatía. Su modus operandi consiste en imitar neurológicamente la actividad que captamos y percibimos sin necesidad de ejecutarla, pero lo más interesante de ellas quizás radique en que no sólo ocurre con actividades físicas-motoras, sino que opera de la misma forma ante comportamiento de tipo social, comportamental, etc.
Es decir, esto supone que se activan las mismas áreas cerebrales en una persona que practicando una actividad sufre un golpe que en el que lo presencia, motivo por el cual se explicaría, por ejemplo, que ante esta situación el sujeto pasivo que lo observa se estremezca y diga “¡qué dolor!”. En este caso el ejemplo es evidente, pero lo podríamos cambiar por cualquier otra sensación como tristeza, marginación, injusticia, alegría, placer. Por tanto, se habla de que serían parte implicada en la “humanización” del ser humano, pues aunque se conocen también en animales tienen un funcionamiento diferente.
Esta capacidad que se le presupone a las neuronas espejo de medio de empatía y de relación con nuestros iguales del mundo exterior ha supuesto una importante puerta de estudio en casos de trastornos generalizados del desarrollo tipo asperger, autismo, etc. En la actualidad constituyen una esperanzadora fuente de estudio y de futuro para la psicoterapia, pero también para la terapia física con la imitación como fuente de trabajo y de estímulo. Otros datos importantes a destacar es que se las relaciona con la adquisición y formación de lenguaje, pero no acaba de ser algo concluyente.
Por último hay que añadir que los datos más recientes que se tienen y sobre los que se estudia-trabaja no sólo van en buscar esa correlación de función espejo, sino que van más allá y analizan la posibilidad que exista una interpretación previa. Es decir que el sujeto no sólo sea capaz de percibir e imitar sino que sea capaz de prever y conocer las intenciones de la acción, una especie de “telepatía natural”. Pero desconozco los detalles de tan espinoso punto.

1 comentarios:

Cris dijo...

Que fracaso de entrada, ahora curioseando acabo de descubrir que el tema ha sido recientemente tratado en redes :| Por supuesto, mucho mejor.

Mentes conectadas sin brujería