viernes, 17 de febrero de 2012

De estómagos que volaron.


"Lo recuerdo todo como si fuera a ocurrir mañana, aquellos años descubrí la importancia de que las abajas bailen, a distinguir cuáles deben ser los dedos que marquen el compás del humo para poder acariciar a la reina, a tragarme mis urgencias y saber que cada saliva es una historia de besos prestados y un sabor que nunca se parece al que dejamos en la última boca, aprendí que dependiendo de a quién beses y cómo lo hagas así será tu vida"
Diego González. La importancia de que las abejas bailen.

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