viernes, 12 de febrero de 2010

Hasta siempre!

Ha llegado el momento de despedirlas como se merece. Más de 5 años me han prestado sus servicios, cuántas pachangas no acumulan a en sus suelas, cuántos buenos momentos no habrán presenciado. Cuentan por centenares los pisotones y aunque lo intentaron, no pudieron preservar mis deditos (en el especial el “gordo”) ante tanta agresión. Nuestros inicios no fueron fáciles, pues eran más duras que una piedra y me hacían polvo los pies; pero con el paso del tiempo conseguí domarlas hasta hacerlas “mías”.

Ahora, tras un lustro de brega en las canchas, ha llegado el momento de la jubilación (cómo se entere el gobierno!). Así que démosle todos un fuerte aplauso, gracias por mantener inmaculados mis tobillos, siempre os lo agradeceré.

p.d.: Tranquilos, no me he vuelto loca (más) es que soy así de friki. ¿Vosotros no le cogéis cariño a la ropa u otros enseres llegando incluso a no querer deshaceros de ellos?

¿Les dedicamos una canción? ¡Venga va!

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