miércoles, 11 de febrero de 2009

BURGOSFERA (PRIMERA PARTE)

Ya queda lejos el 23 de enero, pero es que hasta la fecha no me había vagado hacer la merecida crónica del viaje y la previa. Que le vamos a hacer soy lentita para muchos aspectos, pero bueno la disponibilidad tampoco acompañaba. Vamos allá…
Después de meses elucubrando nuestra marcha a tierras burgalesas al fin llegó el momento. Pasaron 6 meses de innumerables desvaríos planificando el viaje, aterrorizados por el temor de que un temporal nos atrapase sin cadenas o lo que es peor, con ellas y sin saber como ponerlas. Pero si el tiempo era un problema, ir hasta Burgos para jugar una pachanga a dos canastas no lo era menos. Aunque en realidad éste era nuestro fin (junto con ver el partido del viernes, no nos olvidemos) vivimos oprimidos por la incertidumbre que nos suponía desconocer el nivel de nuestro rival. Las informaciones eran contradictorias, tan pronto parecían muy malos (espero que nadie de Burgos lea esto xD) como nos hacían temer por nuestro pundonor. Así que con la presión que supone ir de “favoritos” a cualquier partido comenzamos a entrenarnos arduamente. Por tierras cacereñas empezaron a sucederse las pachangas a dos canastas, propios y extraños se afanaban por llegar a un nivel medianamente decente.
Una vez afrontamos y asumimos que jugaríamos bajo este sistema para nosotros un tanto lejano pues somos una estirpe de deportistas un poco perretes; una vez más el frío y el temor a que el aire de Burgos congelara nuestros pulmones hacían mella en nuestro espíritu ganador. Las informaciones que nos llegaban desde la ciudad castellana no eran nada halagüeñas, ya teníamos emplazamiento para el choque, se trataba del pabellón “Mariano Gaspar” uno que no tiene calefacción (sí, en el norte los pabellones gastan de eso), ni vestuarios, el suelo era de hormigón (no sé de que tipo) y lo que es peor, dudábamos de la existencia de paredes. Todo olía a encerrona.
Intimidados por semejantes noticias ya había quien hacía amagos de rajadas, poco a poco se iban sabiendo más datos, jugaríamos 7 contra 12… todo comenzaba a nublarse, el horizonte se teñía de una espesa sombra y el pesimismo acechaba cual ave carroñera a los pachangueros cacereños. Pero demostrando que somos Extremos y Duros pronto nos sobrepusimos a tanta avalancha de negativismo, una comida con más postres que personas nos levantó y engrosó el espíritu; a la par que engrosaba nuestras ya, más que lustrosas carnes.
Todo tornaba otro color (incluyendo la cara de Nippon Ichi que no salía de su perplejidad), el camino se allanaba, las piedras desaparecían, nos íbamos creciendo poco a poco, el pesimismo dejaba paso a la emoción que circulaba a 100km/h en nuestro torrente sanguíneo. Cuando parecía que la cosa no podía ir a más, que estábamos tocando el cielo, aparecieron en escenas “Las Pizarras”. Una era de tamaño familiar, en ella Gunmancito esbozaba jugadas y por su parte, Jugoncita, la usaba de servicios múltiples. Tan pronto era el recetario para la masa de los Crêppes como un lienzo donde dar rienda suelta a todo su arte, ninguno. Mas las artes plásticas no desaparecerían aquí.
Mientras, en la mesa, los postres llamaban sutilmente con su cantos de sirena a Nippon Ichi, el resto nos encargábamos de alejarle de tanta tentación, pues fue en ese momento cuando
Wrukvanovic fue agasajado con una Pizarra que ya hubieran querido en su haber Aíto García Reneses o el mismísimo Ivanovic. A partir de este momento el delirio se desató, el sentido común se esfumó y ya ni siquiera se atisbaban pequeñas muestras de cordura. Wrukvanovic, mostrando una emoción contenida que se dejaba entrever por su tímida sonrisa de ilusión, quedó fascinado por tan fastuoso presente. A petición de la masa popular y con su sabiduría, nada envidiable a la mostrada por Joan Creus en las retransmisiones de TVE, las lecciones técnicas de El Ilustre empezaron para la mediocre plebe. Eso sí, nuestro sabio amigo nos demostró que es humano y aunque sea capaz de contestarte a cualquier pregunta que se le haga sobre cualquier tema, quiso quedar constancia de que no es capaz de dibujar dos rayas convergentes y un semicírculo (al menos no sin escuadra, cartabón y compás).
Tras aquél momento de éxtasis pizarril, que quedó perpetuado en las entrañas del youtube, los atónitos pupilos se lanzaron a por los postres, por fin el resignado Nippon Ichi fue recompensado por su paciencia. Algún efecto extraño debió causarnos tanta euforia, especialmente al anfitrión Will que llamaba cookie gigante a un bizcocho con pepitas de chocolates, decía que la ta
rta de queso con chocolate estaba mejor que la segunda, que a su vez estaba mejor que la primera… cuando todas son la misma receta. Y para colmo, por si los postres eran pocos, se le ocurrió prepararnos una “papurreta” de bizcocho con natillas, que aunque dicho así suene mal hay que reconocer que estaba bueno.
Con todo esto, la tarde en WillHouse se iba esfumando, entre todos y sin muchos problemas tras un breve scouting hoteleros decidíamos en cual nos concentraríamos los mentalizados jugadores, como somos unos tíos de alto estanding nos decantaromos por un 4* recientemente inaugurado, que paradójicamente era el más barato. Finalmente la tarde acababa antes de partir a la pachanga-entrenamiento con unas exhibiciones a la wii y una obra maestra que pasará a la posteridad dibujada en la pizarra familiar por Jugoncita.
Mención especial debíamos hacer a nuestra Aveirinha (por favor, que alguien le busque un pseudónimo a Carmen que mi imaginación no da para más que para aberraciones) que tiene el cielo ganado por soportar a una panda de frikis del basket sin gustarle nada y encima prepararnos un menú digno de los más exquisitos paladares.
Pero no piensen ustedes que aquí acabaron nuestros quehaceres previos a Burgos, partido tras partido como local de nuestro Cáceres 2016 los presuntos viajeros se reunían para entramar más la excursión. Las noches de los viernes se perdían entre ración y ración en Casa Diego, pero fue ya cuando sentíamos el rebufo burgalés a nuestras espaldas cuando se intensificaron nuestras habladurías. Así se explica como una noche anduvimos deambulando sin norte por las calles de Cáceres durante horas y horas mientras Wrukvanovic disfrazado de Antonio Díaz Miguel (DEP.) nos enseñaba los conceptos básicos. Necesitábamos entender su jerga. Aquella noche Will hizo honor a su apodo, el Tapado, y cual esponja desértica comenzó a empapar conceptos con un interés y un ahínco antes desconocido en él. Desde aquella noche los pick & post, los pick & roll, la diferencia entre un bloqueo ciego y uno indirecto, las puertas atrás etc. nada, nada de eso es un secreto para él. Eso sí, en algunos momentos de debilidad sacaba su clásica actitud entre pasota y falto de fe en sí mismo (por favor que suene un poco de reggae) que sólo pudo superar gracias a las perseverantes lecciones de espíritu y competitividad sana con las que Gunmancito le agració, recordándole siempre “que esa no era la actitud”. En esta fría noche del invierno cacereño fue cuando se gestó, sin lugar a dudas, la presencia mister Zoilberg (will) en el quinteto titular.
Sin apenas darnos cuentas nos vimos metidos en la semana previa al viaje, semana en la que obtendríamos noticias contrapuestas. Por una parte, el padre fundador Son, paco Son o SobeSon si es en petit comité (espero que él tampoco lea esto xD) nos confirmaba que él también viajaría a las tierra del Cid. Nos aseguramos centímetros y calidad, la pachanga empezaba a caer de nuestro lado. Por otro parte, las noticias en los telediarios eran desalentadoras sufríamos el enésimo temporal de frío, viento y nieve que nos ha azotado en este invierno; Castillas y León junto con todo el centro peninsular eran severamente castigados. Pero ya nada nos derrumbaba, las ilusiones puestas en este viaje eran tantas que nada lo podría hacer tambalear. Como tantos otros viernes después de salir del multiusos nos fuimos a por nuestras croquetas a Casa Diego todos los viajeros, está vez sin excepción. Así pues por fin recuperamos a iron muy añorado en nuestras comilonas. Pero no en vano, él es experto en estas lidias y había permanecido ajeno a tanto frikismo primerizo y preservando su aparato digestivo de nuestros innumerables atentados gástricos.
Todo estaba apunto, llegó la semana en cuestión. Perfilamos detalles, compramos banderín y recambio para la bocina, recogimos los bombos, miramos y remiramos las previsiones meteorológicas en Internet, agitamos el foro (probeta en la que incubó todo) y finalmente jueves 22. Una última Quesada para recoger maletas y atar cabos sueltos y a dormir todo aquél que fuera capaz de conciliar el sueño pues después de tanta expectación no parecía tarea fácil.
CONTINUARÁ…
**Basado en hechos reales, pero ampliamente distorsionados
**En algún momento escribiré la segunda parte, espero que antes del próximo viaje.
*** La autora no se hace responsable de las opiniones aquí vertidas

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Por cierto, acerté que defenderían en individual. Y todavía estoy esperando que en una pachanga hagamos la jugada que os dibujé en la pizarra, creo que es muy válida xDD.