Qué difícil es expresar con palabras los sentimientos y más cuando hablamos de personas. Hoy me gustaría compartir con vosotros algo harto difícil, ¿Qué es Enrique Fernández en mi vida?
No me considero una persona mitómana, nunca he tenido grandes ídolos ni nada por el estilo, pero Enrique Fernández caló hondo en mi ser. Quizás no tanto por su forma de jugar a Baloncesto(que también)como por su forma de entenderlo, de transmitirlo y por supuesto, por tener una calidad humana inconmensurable.
Siendo sinceros he de decir que mis recuerdos de Enrique como jugador son vagos (como me pasa con la mayoría de los jugadores que he visto en determinadas edades muy jóvenes), si cierro los ojos y hago la abstracción de imaginarlo en una cancha, veo su número 8 a la espalda corriendo por la línea de triple del V Centenario, recibiendo balón y tirando con su mecánica de tiro característica; aún recuerdo su triple número 600 en la ACB. Pero si al alguien me dijera imagínatelo al libre albedrío, ahora ¿Qué ves? Le vería en el banquillo levantado siempre animando a sus compañeros, le vería en los campus del cole con su sonrisa perenne, estaría junto a aficionados atendiéndolos amablemente, estaría entrenado con algún grupo de niños siempre dándoles palabras de aliento, cariño, confianza… Y esto es lo que me ha transmitido Enrique Fernández: Valores y Amor por el baloncesto, más allá de lo meramente deportivo.
Le conocí más de cerca en mi primer campus del colegio, fue experiencia formidable. Él siempre estaba por allí con unos y otros, pasándolo bien; participando en los grandes “caos”, entrenando, jugando… de todo un poco, como cualquiera. Hasta aquel campus yo jugaba a baloncesto porque me gustaba sí, pero también un poco por inercia. Pero mi sino cambiaría una mañana soleada y calurosa del mes de junio, un día como cualquiera de aquel campus, aconteció esa Pachanga en las desniveladas pistas de “cuarto y quinto”. Ese día al finalizar las actividades normales Enrique quiso jugar con las 5 niñas que éramos en todo el campus contra los monitores, evidentemente ganamos, pero de ese partido... mmm… dos frases que aún oigo en mi cabeza como si las hubiera escuchado ayer :
“Lástima, lástima; no pasa nada” que nos decía constantemente cuando fallábamos (sí, fallábamos mucho xD), pero oye; analizad la frase. ¡Qué confianza daba aquello!
“Una foto que este es El Equipo de la Gloria” frase pronuncia tras acabar. Cuando una oye de manos de un jugador ACB, subcampeón de la Copa del Rey, estas palabras de orgullo lo único que se te pasa por la cabeza es “Dios, que grande es esto del baloncesto”
Y en conclusión a Enrique Fernández le debo mi pasión por el baloncesto (ojo, no sólo a él, pero sí en grandes dosis) y para quién me conozca sabe que mi vida gira y ha girando en torno a ello. Posiblemente este deporte me haya privado de muchas cosas y me haya costado algún sofocón más de la cuenta, pero si hiciéramos un balance de todo lo que me ha dado, y la calidad, superaría con creces lo negativo. Sólo hay que mirar a mí alrededor para comprender esto ( pero ya será un capítulo a parte xD).
Por todo lo escrito en las líneas superiores, Gracias Enrique. Y cómo no, por tu sonrisa, tus palabras, tu sencillez, humanidad, preocupación, entrega, constancia, superación, lucha, esfuerzo, cariño, confianza… gracias por ser un cacereño más. Gracias por enseñarme la magia del baloncesto, gracias porque mucho de lo que tengo te lo debo a ti, GRACIAS.
Y ya sí para terminar, compartir con ustedes que ayer vi cumplida una ilusión. Después de mucho implorar, él número 8 ya luce con todo su esplendor en las pareces de mi habitación. A falta de homenaje oficial muchas personas se lo rinden humildemente día a día.
Muchas gracias de Corazón a quién lo hizo posible, no hay palabras.
1 comentarios:
¿He contado alguna vez que en el campus del 95 (con todavía 10 años) llegué a la final de un KO que se jugó en la hora de la merienda (creo) en una de las canastas de la pista de fútbol?
Pues sí, en un KO con una participación de unas 25-30 personas (muchos me sacaban algún que otro añito) ahí estaba yo, dejándolos con la boca abierta y gritando furiosos muchas de mis "eliminados": "No te lo crees ni tú, chavalín" "Menuda coña" etc, etc; mientras disfrutaba de mi final contra Enrique Fernández. ¿Que cómo terminó todo? Lanzaba yo primero, así que partía con gran desventaja, y tras algunas canastas, acabé cediendo ante el supercapi. No me importó en absoluto, la hazaña ya estaba hecha.¡¡Qué gran tarde aquella, (grabada en mi memoria en recuerdos de oro) para el "pequeño pistolero" Luija!! Inolvidable aquella cara de sorpresa/admiración de Enrique conforme progresaba en el KO. Y su felicitación final mientras me chocaba la mano...sin duda el mejor reconocimiento que baloncestísticamente haya podido tener.
Siento haberle quitado un poquito de protagonismo a la entrada con mi comentario-narración, pero es uno de los recuerdos más próximos y entrañables que tengo con el supercapi.
¡¡FELIZ MADRUGADA!!
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