lunes, 13 de octubre de 2008

Confidencias antes de dormir

Un ratito antes de dormir... La mayoría de las veces con el cansancio acumulado de un día largo llega el feliz momento de meterse en la cama arropadito y luchando contra el frío que por estas fechas nos empieza a saludar. Es en este momento en el que cada cual esperamos de la mejor forma posible que la fuerza de la gravedad finalmente venza a nuetros párpados y nuestra conciencia se disipe en algún sueño improvisado, quizás sea leyendo un libro, escuchando la radio, o tal vez viendo la tele... Pero mi especialidad es sin duda alguna, darle vueltas a la cabeza. Por ello y por el título del blog esta primera entrada inagural va de dicada a quien más me conoce, y me ha acompañado siempre en esos momentos de divagación, porque yo no me voy a consultar con la almohada sino con Clinton. Hace o hará, mejor dicho, 16 años (3-Noviembre-1992) Bill Clinton salía elegido presidente de los Estados Unidos, al día sigiente la que aquí escribe cumplía 7 años (anda que no ha llovido!). Aquel 4 de noviembre cuando me despertaba me encontraba con un regalo de mi padre, era un perro de peluche, presumiblemente un pastor alemán en color negro y canela, con los ojos marrones y la lengua fuera. En un arrebato de originalidad mi padre lo bautizó como Clinton, que yo pues lógicamente no tenía ni idea quien era. Desde entonces hasta hoy me acompañado siempre cada noche, antes en solitario y con el paso de los años se han incorporado refuerzos (es lógico a más años más cosas en las que pensar, además no es que los perros cumplen 6 años por cada año nuestro de vida, pues imaginaros los que tiene Clinton). Este es mi más sentido homenaje para él, que por cierto es mucho más puro de espíritu y alma que su mentor americano. Él me ha acompañado siempre en las alegrías y las tristezas, siempre fiel. El pobre ha sufrido por mí, recuerdo cuando de joven me negaba a dar besos antes de irme a dormir (cosas de la edad no me preguntéis) me lo secuestraban para pedir el oportuno rescate a cambio. En fin... gracias por acompañarme, gracias por ocupar un sitio en mi cama. Quizás de aquí a menos de un mes tengamos un pequeño Obama en la cama, quién sabe xD

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Bueno, Clinton algunas veces no ha sido tan bueno. Dejando a un lado lo que me pueda o no decir al oído, una vez tuvo una pelea a muerte con Colmi de la que ambos salieron muy mal parados.
Recuerdo el día que conocí a Clinton, pañuelo al cuello, parecía un perro vagabundo, solo le faltaba la típica "mochila" de los dibujos japoneses (esa que se hace metiendo los pocos enseres en un trapo o pañuelo y atándolo a un palo).
Jejeje, además las confidencias ahora están más profesionalizas con Winnito y su "¿hoy toca trabajo, verdad mama?"
¡¡UN SALUDO A TODOS LOS HABITANTES DE LAS CAMAS!!

Anónimo dijo...

Un ratito antes de dormir, un cuento.

La noche del último plenilunio, con la sola luz de ésta, vestía de negro impecable N. Entre los vapores emanados del profuso calor de la urbe adormecida, parte con rumbo y propósito hacia las afueras, a las inmediaciones del arrabal, sin reparar en la cadencia rítmica de los pasos tras de sí.

La segura melodía del métrico caminar, reduciendo las distancias entre ambos, en consonancia íntima de razón matemática, avecina el impreciso desenlace; cada vez más cerca, y sin embargo, incierto. Si al menos girase su cabeza...

Un leve roce, miradas que se encuentran y acarician, el dibujo de una sonrisa que aparece entre las mejillas y fricciona el húmedo frío de la noche... la contemplación feliz que de soslayo hace la vida...

Un ratito antes de dormir, un abrazo.


Cuídese.