Esta entrada va en honor a Diegazo, también lo recordarán de exitazos como éste. Bien, hechas las presentaciones pertinentes, acometidas las citas oportunas me dispongo a desgranar un debate que sostuvismos (¿este verbo está bien conjugado así? que raro suena, en el colegio me decían que cuando dudábamos de algo era mejor buscar alternativas así que...) surgió recientemente (uno sabe cuando empieza a escribir pero no cuando acaba así que las referencias temporales siempre son mejor indefinidas).
Os voy a contextualizar un poco la situación. Diego y yo mantenemos alegres conversaciones (escritas porque me tiene miedo) acerca de las disyuntivas que suscitan y generan nuestras intrínsecas personalidades. Eso, traducido para la gente de a pie que vive al margen de tertulias trascendentales para la humanidad, quiere decir que yo le instigo por acostumbrar a tener una visión reduccionista del mundo que le rodea (¿Qué tal JMJ bien, no?) y el me atosiga con preguntas acerca de mi escurridiza forma de relacionarme con el mundo y las personas que me rodean. Tal es la cosa, que le tuve que dar un informe por menorizado de técnicas para evadir un saludo incómodo en plena travesía del viandante (Vamos, que soy la única que de vez en cuando se hace la despistada por la calle, no cuela).
En este toma y daca que gastamos ambos somos conscientes de que tenemos la oportunidad de ampliar fronteras e implementar nuestra conducta gracias a las opiniones bien intencionadas del otro, con ese aporte externo necesario para apreciar lo que nuestra vista no alcanza. Por este motivo Diego tiene el mesiánico compromiso tácito de mejorar mi sociabilidad, por todos sabidos que no es la mejor. Así pues llegamos al objeto de debate que nos ha brotado ¿Por qué no doy dos besos para saludar?
Lo desmenuzo para evitar controversia. Yo doy dos besos cuando es una persona que veo con poca frecuencia, cuando me presentan a alguien, cuando alguien tiene la iniciativa, a familiares, en días de cumpleaños (Ángel se lo está perdiendo),etc. etc. cuando se trata de un ambiente de confianza, cuando hace escasos minutos hemos estado jugando/sudando y nos volvemos a ver pero aseados, etc. suelo hacer mutis por el foro; discreta, sigilosa. Nada más. A eso que yo no le doy más importancia mi entrenador de socialización me sugiere que tengo que pulir ese aspecto y desmelenarme. Me lo plantea como un reto y añade que "es más fácil que un abrazo" y "como buena representante del sexo femenino tengo que hacerlo".
Mi punto de vista es el siguiente. Para mi dos besos es un uso social exento de sentimiento y de complicidad en la situaciones anteriormente planteadas, aunque tendría cabida su práctica me parece fuera de contexto, o más que eso innecesario, prescindible. No lo veo más que una costumbre social y la ausencia de ésta yo no lo considero como un añadido de mi falta de feeling social, simplemente lo valoro como un rasgo notorio de mi personalidad y por tanto, de mi identidad.
En respuesta a sus argumentos tal y como le expresé, no considero más comprometido el saludo que el abrazo, de hecho es completamente inverso. Un abrazo sirve para transmitir un sentimiento, para desnudar un parecer, ante esas situaciones sí soy más reticente. En el caso de no tratarse de besos como formalismos estaríamos en la misma situación que un abrazo. Es una nota aclaratoria para explicar que la dificultad no es directamente proporcional a la cantidad de contacto físico existente. Por último, añadir una observación de lo más curiosa. Cuando nos salimos de las rutinas y los contextos habituales el saludo se produce de forma tradicional a la par que natural (Véase en ferias). Y por cierto, esto viene de ambas partes.
Y que para ser representante de mi género tenga que hacer eso ¿Es desgraciadamente cierto? Por favor, que alguien me arroje un poco de luz.
No sé, ¿Estoy loca?
No mido lo momentos y la proximidad en besos de cortesía (lo cual no quiere decir que todo el mundo lo entienda así ni estuviera demás), lo mido en gestos, palabras, miradas, detalles, sonrisas, tonos de voz, muecas, en observaciones mudas. Sé que fallo, pero a veces me gustaría sentirme comprendida y correspondida.
Esta es mi reflexión final y pública, gracias a Diego por su constante lucha con las causas perdidas (mis causas), en acuerdo o desacuerdo siempre me invitan a la reflexión. Me alegra saber que la crítica constructiva existe, y es de valientes. No como vosotros, pendejos todos, que escribo a salido tal cual y nadie dice nada, y como esas muchas ¬¬
Notas aclaratorias:
- Cualquier contenido real con la conversación original es casuística (Hay que buscarle el jugo como sea)
- Vulnerar la privacidad de las conversaciones entre amigos está permitido sólo hoy y en este espacio.
- No me hago responsable de las opiniones aquí vertidas ante cualquier reproche alegaré enajenación mental transitoria.